LA HISTORIA DE AURORA CANESSA
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Re: LA HISTORIA DE AURORA CANESSA
EL ARTICULO:
No tengo miedo. Yo estoy sola físicamente porque elijo estar sola. Pero la soledad es otra cosa. Es del alma, es cuando tenés carencias muy profundas".
Aurora Canessa tiene 74 años y no escribe libros de autoayuda, pero sí podríamos decir que es una gurú del mar.
En poco tiempo, cruzará el Océano Atlántico en su velero por tercera vez. La primera ocasión fue en 2011, a bordo del Shipping, cuando navegó en soledad desde la isla Saint Martin, en el Caribe, hasta el puerto de Cascais, en Portugal. Este hito la convirtió en la primera mujer argentina en cruzar el Atlántico de esa forma.
Tres años después, se embarcó junto a otro navegante solitario, un hombre escocés que fue su pareja durante tres años y que en aquel momento estaba dando la vuelta al mundo. Aurora se subió en Durban, Sudáfrica, y desde allí navegaron juntos hasta la isla de Granada, otra vez en el Caribe. Tres meses se demorarían en aquel cruce, con breves paradas en la isla de Santa Helena y Fernando de Noronha (Brasil).
Ahora Canessa está en Barcelona, donde tiene anclado el velero, poniéndolo a punto con vistas al cruce. Esta vez no lo hará sola, ya que dos amigas le confirmaron que serán parte de la aventura. "La tercera es la vencida", dice, y reflexiona que cuando esté de vuelta, le faltarán cuatro años para cumplir los ochenta.
Las Malvinas
Fue la primera argentina en cruzar el Atlántico en velero, y en soledad, en 2011 Fue la primera argentina en cruzar el Atlántico en velero, y en soledad, en 2011
Pero antes corrió mucha agua en los viajes de Aurora. Comenzó a navegar a vela luego de divorciarse, a los 40 años. Sabía de navegación a motor, porque tuvo una lancha y siempre le gustó pescar. Como no le alcanzaba el dinero para comprarse otra lancha y vivir poniéndole combustible, pero tampoco podía estar sin el agua, se preguntó qué hacer. "El viento es gratis -pensó en primera instancia, aunque luego reflexionaría-. Pero es mentira, porque navegar a vela también es costoso. Aunque se puede hacer, todo depende de tus pretensiones".
Fue así que se compró un barco pequeño, un Microtonner, de cuatro metros y medio de largo, al que apodó Merlin II, y arrancó. "Lo que pasa es que empecé a navegar... ¡Y navegué! ¡Crucé a Uruguay!", recuerda ahora.
Diez años después, emprendería una de las iniciales y más osadas de sus aventuras, su primer viaje oceánico, nada menos que a las islas Malvinas. Fue en 1992, con su segunda embarcación, el Malabar. Era la dueña del barco y la única mujer a bordo. Aún no era la gran navegante que es hoy, así que designó a uno de los hombres como el capitán. "Lo peor fueron las olas de diez metros", remora hoy, y sonríe al recordar que la mayoría de sus compañeros se descompusieron. "Yo seguía timoneando porque tengo la suerte de no descomponerme", se jacta.
Aurora se ofendió cuando Margaret Thatcher, la ex primera ministra inglesa, dijo en aquella época que iría a las "Falklands" a "festejar el éxito de la guerra". De hecho estaba preparando otra travesía, una regata a Santo Domingo, con el objetivo de hacer el viaje de Colón al revés, a quinientos años del descubrimiento de América. Entonces, pegó un golpe de timón y resolvió emprender viaje a Malvinas para "rendir honor a todos los argentinos que quedaron en las islas".
Años después, en 1999, alcanzaría otro hito, esta vez en una competencia oficial. Ganó a bordo del velero Fulano, la regata de las 500 millas del Río de la Plata, una carrera de las más exigentes.
En el triángulo de las Bermudas
Por estos días, Aurora prepara su velero en Europa, antes de ir por su tercer cruce Atlántico, de Cabo verde a Brasil. Por estos días, Aurora prepara su velero en Europa, antes de ir por su tercer cruce Atlántico, de Cabo verde a Brasil.
En 2010, partió desde Buenos Aires rumbo al Caribe. Despacito y sin apuro, se detuvo en Brasil y siguió hasta Saint Martin, desde donde zarparía para concretar el cruce del Atlántico "Me tomaba mis buenas caipirinhas - bromea-. Hago aventura, pero no me sacrifico". Así, el viaje le llevaría un año y medio.
Finalmente, en mayo de 2011 partió hacia la aventura tan mentada, el cruce del Océano Atlántico, la epopeya que le llevaría dos meses, con paradas técnicas para aprovisionarse en las islas Bermudas y Azores, antes de llegar al puerto de Cascaes, una pequeña villa a 25 kilómetros de Lisboa, en Portugal. "¡Pienso lo que hice y digo: que locura! ¡Hubo de todo en aquel primer viaje!"
Y sí, como bien relata Aurora, hubo de todo: enfrentó temporales, tempestades y huracanes. Días de sol abrasador, otros lluviosos y helados, noches sin luna ni estrellas, a ciegas, en medio de la oscuridad total.
"Es como si estuvieras navegando en petróleo. No se ve el horizonte. El agua y cielo son de un mismo color: negro. Estás en el medio de la nada, sola, en un pozo negro". Pero ella repite, una y otra vez, que no siente miedo. "¿Y qué te puede pasar? No hay nada. Es la nada".
Son de mar
En tramo de Saint Martin a las Bermudas recorrió unas novecientas millas náuticas, y se demoró dieciséis días. "¡Fue terrible, pasé por el Triangulo de las Bermudas y me agarró un temporal! ¡Pasó de todo, hasta me quedé sin motor!". Ya en medio del océano, estuvo a punto de entrar en el ojo de un huracán, que pudo esquivar porque recibió a tiempo un aviso de la empresa de comunicación satelital que la apoya, Tesacom. Desde las Islas Canarias, le advirtieron que frenara el barco urgente, que lo tenía en sus narices, que de otra manera la pasaría por arriba. "Así que bajé todo, puse el barco de manera que no avanzara, sino para que vaya derrapando". Aguantó un día y medio hasta que pasó el huracán. Pudo verlo en el horizonte. "Es una nube negra, como un pampero".
Por eso, dice, hay que estar alerta 24 horas. Porque no solo las tormentas son el un peligro en alta mar. Aurora dormía veinte minutos por otros veinte que se mantenía despierta. "Tenía que regular muy bien mis energías. Pero el cuerpo humano es una máquina perfecta, y me despertaba antes que suene el despertador. Después de una semana adquirí algo que se llama estar al son de mar. Se te acomoda el cuerpo, empezás a tener más elasticidad. Porque si sabés que tenés veinte minutos, y en treinta pasa un portacontenedor, te parte al medio y te manda al fondo del mar: ¿No te vas a despertar?", pregunta, retóricamente.
Ocurre que los gigantescos portacontenedores no detectan a los veleros, ni siquiera el radar los reconoce. Pero Aurora los ubica gracias al AIS, un sistema que registra las naves, el rumbo, velocidad, tamaño y nombre del barco. "El único portacontenedores que me crucé en el océano Atlántico venia rumbo colisión conmigo, a treinta nudos (sesenta km), mientras que yo voy a cinco nudos (diez kilómetros). Aurora lo detectó a tiempo, llamó y pudieron corregir el rumbo.
El cruce final
"Es como una compulsión, me sale de las vísceras. Es un deseo muy fuerte, un desafío. Soy adicta a la adrenalina", dice esta mujer que cumplirá 75 años en septiembre, que corrió carreras de motos, de autos, de lancha. Que hizo paracaidismo, esquí, y más deportes extremos. Y que ahora se apresta para el tercer cruce del Atlántico.
Aurora pasará su cumpleaños navegando en aguas europeas. Mientras, apuntala su nave y espera que se disipen los vientos Alisios en noviembre, y así el clima favorezca la partida y posterior navegación de ultramar.
Pero antes, a partir de junio, dará una vuelta por las islas Baleares -Mallorca, Menorca, Ibiza, Formentera-. Porque en cada puerto Aurora tiene un amigo. Luego, Alicante, y desde ahí al Peñón de Gibraltar, donde planea ir junto a tres amigos. Ya hacia el mes de agosto, el plan es zarpar rumbo a las Islas Canarias. Estima que el viaje, de novecientas millas náuticas, le llevará unos quince días. La idea es quedarse ahí hasta noviembre, alternando paseos por la isla con los últimos preparativos del barco, antes de zarpar rumbo a Cabo Verde, ya junto a sus compañeras, y emprender la travesía desde las costas africanas con la proa apuntando a Salvador de Bahía, en Brasil, que es donde les gustaría llegar para Año Nuevo. Aunque el destino final depende más de los vientos y las corrientes que la propia voluntad.
"Me vine preparando no solo física y psicológicamente, sino espiritualmente", señala Aurora, que aprendió la técnica del reiki, y ahora es maestra de la disciplina. También, apunta que medita seguido y que hizo pilates. Además, mantiene una dieta, aunque no es híper estricta, porque reconoce que le gusta comer y beber rico. Aunque si lo será durante el cruce, donde se alimentará a base de comida ayurvedica. Nada de latas ni congelados, porque para la filosofía ayurveda es comida muerta, sin nutrientes.
Los melones se acomodan andando...
Aurora disfruta de cocinar guisos, para los que lleva porotos, arvejas, garbanzos. También comer semillas, castañas de cajú, frutos secos, verduras. Lleva frutas verdes para que maduren, y lechuga japonesa, que dura mucho. También aceite de oliva y sal del Himalaya. No consume azúcar, sal ni harinas blancas, todo integral. No toma café y lleva "toneladas" de té de hierbas. Y aunque le gusta beber cerveza y vino, el alcohol, en el cruce, lo tiene prohibido. Y por supuesto mucha agua, mínimo dos litros por día.
El velero es muy comfortable, según destaca Aurora. Tiene un camarote de proa y uno de popa, donde duerme ella. En el cockpit - el "living comedor"- hay dos cuchetas, y otras dos más en popa. Tiene una cocinita y un baño.
"Creo en el destino. Sigo haciendo desafíos, reconozco que lo que voy a hacer es riesgoso, pero me divierte, me encanta, me apasiona. Tengo sueños, objetivos, y los realizo. Creo que todo se puede, no hay nada que el ser humano no pueda hacer. Pero hay que tener disciplina, orden, constancia. Nunca tenemos que decir no puedo, en realidad tenemos que decir no quiero. Pero no hay que quedarse con las ganas de cumplir los sueños. En la medida que uno está conectado y armonizado, las cosas se van arreglando para avanzar y lograr lo que uno se propone. Los melones se acomodan andando. Si estás quieto, no se van a acomodar".
No tengo miedo. Yo estoy sola físicamente porque elijo estar sola. Pero la soledad es otra cosa. Es del alma, es cuando tenés carencias muy profundas".
Aurora Canessa tiene 74 años y no escribe libros de autoayuda, pero sí podríamos decir que es una gurú del mar.
En poco tiempo, cruzará el Océano Atlántico en su velero por tercera vez. La primera ocasión fue en 2011, a bordo del Shipping, cuando navegó en soledad desde la isla Saint Martin, en el Caribe, hasta el puerto de Cascais, en Portugal. Este hito la convirtió en la primera mujer argentina en cruzar el Atlántico de esa forma.
Tres años después, se embarcó junto a otro navegante solitario, un hombre escocés que fue su pareja durante tres años y que en aquel momento estaba dando la vuelta al mundo. Aurora se subió en Durban, Sudáfrica, y desde allí navegaron juntos hasta la isla de Granada, otra vez en el Caribe. Tres meses se demorarían en aquel cruce, con breves paradas en la isla de Santa Helena y Fernando de Noronha (Brasil).
Ahora Canessa está en Barcelona, donde tiene anclado el velero, poniéndolo a punto con vistas al cruce. Esta vez no lo hará sola, ya que dos amigas le confirmaron que serán parte de la aventura. "La tercera es la vencida", dice, y reflexiona que cuando esté de vuelta, le faltarán cuatro años para cumplir los ochenta.
Las Malvinas
Fue la primera argentina en cruzar el Atlántico en velero, y en soledad, en 2011 Fue la primera argentina en cruzar el Atlántico en velero, y en soledad, en 2011
Pero antes corrió mucha agua en los viajes de Aurora. Comenzó a navegar a vela luego de divorciarse, a los 40 años. Sabía de navegación a motor, porque tuvo una lancha y siempre le gustó pescar. Como no le alcanzaba el dinero para comprarse otra lancha y vivir poniéndole combustible, pero tampoco podía estar sin el agua, se preguntó qué hacer. "El viento es gratis -pensó en primera instancia, aunque luego reflexionaría-. Pero es mentira, porque navegar a vela también es costoso. Aunque se puede hacer, todo depende de tus pretensiones".
Fue así que se compró un barco pequeño, un Microtonner, de cuatro metros y medio de largo, al que apodó Merlin II, y arrancó. "Lo que pasa es que empecé a navegar... ¡Y navegué! ¡Crucé a Uruguay!", recuerda ahora.
Diez años después, emprendería una de las iniciales y más osadas de sus aventuras, su primer viaje oceánico, nada menos que a las islas Malvinas. Fue en 1992, con su segunda embarcación, el Malabar. Era la dueña del barco y la única mujer a bordo. Aún no era la gran navegante que es hoy, así que designó a uno de los hombres como el capitán. "Lo peor fueron las olas de diez metros", remora hoy, y sonríe al recordar que la mayoría de sus compañeros se descompusieron. "Yo seguía timoneando porque tengo la suerte de no descomponerme", se jacta.
Aurora se ofendió cuando Margaret Thatcher, la ex primera ministra inglesa, dijo en aquella época que iría a las "Falklands" a "festejar el éxito de la guerra". De hecho estaba preparando otra travesía, una regata a Santo Domingo, con el objetivo de hacer el viaje de Colón al revés, a quinientos años del descubrimiento de América. Entonces, pegó un golpe de timón y resolvió emprender viaje a Malvinas para "rendir honor a todos los argentinos que quedaron en las islas".
Años después, en 1999, alcanzaría otro hito, esta vez en una competencia oficial. Ganó a bordo del velero Fulano, la regata de las 500 millas del Río de la Plata, una carrera de las más exigentes.
En el triángulo de las Bermudas
Por estos días, Aurora prepara su velero en Europa, antes de ir por su tercer cruce Atlántico, de Cabo verde a Brasil. Por estos días, Aurora prepara su velero en Europa, antes de ir por su tercer cruce Atlántico, de Cabo verde a Brasil.
En 2010, partió desde Buenos Aires rumbo al Caribe. Despacito y sin apuro, se detuvo en Brasil y siguió hasta Saint Martin, desde donde zarparía para concretar el cruce del Atlántico "Me tomaba mis buenas caipirinhas - bromea-. Hago aventura, pero no me sacrifico". Así, el viaje le llevaría un año y medio.
Finalmente, en mayo de 2011 partió hacia la aventura tan mentada, el cruce del Océano Atlántico, la epopeya que le llevaría dos meses, con paradas técnicas para aprovisionarse en las islas Bermudas y Azores, antes de llegar al puerto de Cascaes, una pequeña villa a 25 kilómetros de Lisboa, en Portugal. "¡Pienso lo que hice y digo: que locura! ¡Hubo de todo en aquel primer viaje!"
Y sí, como bien relata Aurora, hubo de todo: enfrentó temporales, tempestades y huracanes. Días de sol abrasador, otros lluviosos y helados, noches sin luna ni estrellas, a ciegas, en medio de la oscuridad total.
"Es como si estuvieras navegando en petróleo. No se ve el horizonte. El agua y cielo son de un mismo color: negro. Estás en el medio de la nada, sola, en un pozo negro". Pero ella repite, una y otra vez, que no siente miedo. "¿Y qué te puede pasar? No hay nada. Es la nada".
Son de mar
En tramo de Saint Martin a las Bermudas recorrió unas novecientas millas náuticas, y se demoró dieciséis días. "¡Fue terrible, pasé por el Triangulo de las Bermudas y me agarró un temporal! ¡Pasó de todo, hasta me quedé sin motor!". Ya en medio del océano, estuvo a punto de entrar en el ojo de un huracán, que pudo esquivar porque recibió a tiempo un aviso de la empresa de comunicación satelital que la apoya, Tesacom. Desde las Islas Canarias, le advirtieron que frenara el barco urgente, que lo tenía en sus narices, que de otra manera la pasaría por arriba. "Así que bajé todo, puse el barco de manera que no avanzara, sino para que vaya derrapando". Aguantó un día y medio hasta que pasó el huracán. Pudo verlo en el horizonte. "Es una nube negra, como un pampero".
Por eso, dice, hay que estar alerta 24 horas. Porque no solo las tormentas son el un peligro en alta mar. Aurora dormía veinte minutos por otros veinte que se mantenía despierta. "Tenía que regular muy bien mis energías. Pero el cuerpo humano es una máquina perfecta, y me despertaba antes que suene el despertador. Después de una semana adquirí algo que se llama estar al son de mar. Se te acomoda el cuerpo, empezás a tener más elasticidad. Porque si sabés que tenés veinte minutos, y en treinta pasa un portacontenedor, te parte al medio y te manda al fondo del mar: ¿No te vas a despertar?", pregunta, retóricamente.
Ocurre que los gigantescos portacontenedores no detectan a los veleros, ni siquiera el radar los reconoce. Pero Aurora los ubica gracias al AIS, un sistema que registra las naves, el rumbo, velocidad, tamaño y nombre del barco. "El único portacontenedores que me crucé en el océano Atlántico venia rumbo colisión conmigo, a treinta nudos (sesenta km), mientras que yo voy a cinco nudos (diez kilómetros). Aurora lo detectó a tiempo, llamó y pudieron corregir el rumbo.
El cruce final
"Es como una compulsión, me sale de las vísceras. Es un deseo muy fuerte, un desafío. Soy adicta a la adrenalina", dice esta mujer que cumplirá 75 años en septiembre, que corrió carreras de motos, de autos, de lancha. Que hizo paracaidismo, esquí, y más deportes extremos. Y que ahora se apresta para el tercer cruce del Atlántico.
Aurora pasará su cumpleaños navegando en aguas europeas. Mientras, apuntala su nave y espera que se disipen los vientos Alisios en noviembre, y así el clima favorezca la partida y posterior navegación de ultramar.
Pero antes, a partir de junio, dará una vuelta por las islas Baleares -Mallorca, Menorca, Ibiza, Formentera-. Porque en cada puerto Aurora tiene un amigo. Luego, Alicante, y desde ahí al Peñón de Gibraltar, donde planea ir junto a tres amigos. Ya hacia el mes de agosto, el plan es zarpar rumbo a las Islas Canarias. Estima que el viaje, de novecientas millas náuticas, le llevará unos quince días. La idea es quedarse ahí hasta noviembre, alternando paseos por la isla con los últimos preparativos del barco, antes de zarpar rumbo a Cabo Verde, ya junto a sus compañeras, y emprender la travesía desde las costas africanas con la proa apuntando a Salvador de Bahía, en Brasil, que es donde les gustaría llegar para Año Nuevo. Aunque el destino final depende más de los vientos y las corrientes que la propia voluntad.
"Me vine preparando no solo física y psicológicamente, sino espiritualmente", señala Aurora, que aprendió la técnica del reiki, y ahora es maestra de la disciplina. También, apunta que medita seguido y que hizo pilates. Además, mantiene una dieta, aunque no es híper estricta, porque reconoce que le gusta comer y beber rico. Aunque si lo será durante el cruce, donde se alimentará a base de comida ayurvedica. Nada de latas ni congelados, porque para la filosofía ayurveda es comida muerta, sin nutrientes.
Los melones se acomodan andando...
Aurora disfruta de cocinar guisos, para los que lleva porotos, arvejas, garbanzos. También comer semillas, castañas de cajú, frutos secos, verduras. Lleva frutas verdes para que maduren, y lechuga japonesa, que dura mucho. También aceite de oliva y sal del Himalaya. No consume azúcar, sal ni harinas blancas, todo integral. No toma café y lleva "toneladas" de té de hierbas. Y aunque le gusta beber cerveza y vino, el alcohol, en el cruce, lo tiene prohibido. Y por supuesto mucha agua, mínimo dos litros por día.
El velero es muy comfortable, según destaca Aurora. Tiene un camarote de proa y uno de popa, donde duerme ella. En el cockpit - el "living comedor"- hay dos cuchetas, y otras dos más en popa. Tiene una cocinita y un baño.
"Creo en el destino. Sigo haciendo desafíos, reconozco que lo que voy a hacer es riesgoso, pero me divierte, me encanta, me apasiona. Tengo sueños, objetivos, y los realizo. Creo que todo se puede, no hay nada que el ser humano no pueda hacer. Pero hay que tener disciplina, orden, constancia. Nunca tenemos que decir no puedo, en realidad tenemos que decir no quiero. Pero no hay que quedarse con las ganas de cumplir los sueños. En la medida que uno está conectado y armonizado, las cosas se van arreglando para avanzar y lograr lo que uno se propone. Los melones se acomodan andando. Si estás quieto, no se van a acomodar".
Re: LA HISTORIA DE AURORA CANESSA
Una genia!
Inspira mucha admiración todo lo que hizo.
Un verdadero ejemplo.
Inspira mucha admiración todo lo que hizo.
Un verdadero ejemplo.
- Mariano Grumete
- Mensajes: 4407
- Registrado: Lun Jul 30, 2018 11:49 am
Re: LA HISTORIA DE AURORA CANESSA
Yo seguí ese cruce del Atlántico "on line" ya que Aurora tenía un dispositivo satelital y enviaba y recibía mensajes diarios y dista bastante de lo que dice la nota. Sin dudas que cruzar el Atlántico en solitario es algo muy meritorio. En consecuencia me parece innecesario agregar condimentos que no existieron. No hubo ningún huracán ni nada parecido, me parece que son inventos del periodista para darle color a la nota. Es más creo que hizo el 90% del cruce a motor (llevaba cientos de litros de gasoil en bidones distribuidos por todo el barco) ya que los asesores meteorológicos la mandaban de un punto en la nada a otro punto en la nada para evitar las bajas (y por ende el viento). Entonces siempre andaba apurada a motor para llegar a determinado waypoint (que no necesariamente respetaba la derrota ortodrómica) para que no la agarre "el tren canadiense" o algún otro cuco meteorológico de la zona. Creo que recién llegando a las Azores la agarró un viento de 25 nudos se puso a arriar la mayor, no enfachó y se le trabó toda la vela en las crucetas.
Luego de haber leído todas las comunicaciones que envió, me dio la impresión que Aurora es una muy gran navegante, que puede demostrar todo su talento como líder de una tripulación pero no estaba tan preparada para un cruce en solitario. El desafío de la navegación en solitario, hoy día es más una cuestión psicológica que física y me quedó la idea que en ese aspecto no estuvo tan bien preparado el cruce.
Más allá de eso es digno de admiración que alguien se proponga y logre cumplir semejante objetivo que no está al alcance de cualquiera.
Cordiales Saludos
Luego de haber leído todas las comunicaciones que envió, me dio la impresión que Aurora es una muy gran navegante, que puede demostrar todo su talento como líder de una tripulación pero no estaba tan preparada para un cruce en solitario. El desafío de la navegación en solitario, hoy día es más una cuestión psicológica que física y me quedó la idea que en ese aspecto no estuvo tan bien preparado el cruce.
Más allá de eso es digno de admiración que alguien se proponga y logre cumplir semejante objetivo que no está al alcance de cualquiera.
Cordiales Saludos
Re: LA HISTORIA DE AURORA CANESSA
Tambien segui el blog como Mariano y suscribo cada palabra de Mariano (aunque sean politicamente incorrectas en esta epoca de machirulos) agrego que llego a Porlimao con el motor flojo de tanto darle masa contra viento y marea.
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- Mensajes: 1490
- Registrado: Dom Jul 22, 2018 12:49 pm
Re: LA HISTORIA DE AURORA CANESSA
Coincido y suscribo los dichos de los colegas mas arriba, dado que en su momento yo también estaba al tanto de lo que le iba sucediendo en ese cruce. Solo me limité a hacer conocer aquí el referido artículo.
Saludos
Saludos
Re: LA HISTORIA DE AURORA CANESSA
Como le brota la envidia! No lo puede disimular jajajaja
Y vos que hiciste??? Es bueno preguntarse eso cada tanto, mirarse al espejo es bueno.... hacelo!
Chaaaauuuu
Y vos que hiciste??? Es bueno preguntarse eso cada tanto, mirarse al espejo es bueno.... hacelo!
Chaaaauuuu
Re: LA HISTORIA DE AURORA CANESSA
Yo la conocí. Cuando estaba armando el velero para ir a Malvinas. Estaba en la calle del YCO Una mina increíble. Fuera de serie Me invitó a subir al barco. El malabar. Pura simpatía y alegría. El barco realmente ya lo conocía. Era de un matrimonia de viejitos que vivían a bordo en mi club el San Martín. Tenía plantas de malbones en el cokpit. El problema es que se junto con el chanta de Toni lopez
Re: LA HISTORIA DE AURORA CANESSA
Exactamente lo prepararon en la playa de estacionamiento del restauran la nelly
- Mariano Grumete
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- Registrado: Lun Jul 30, 2018 11:49 am
Re: LA HISTORIA DE AURORA CANESSA
Según tu criterio somos varios los envidiosos. ¿Vos seguiste el viaje on line? Si lo hiciste, decime en qué estoy equivocado. Si no lo hiciste estás hablando por boca de ganso, lo cual por otra parte, en vos es lo más natural así que no debe sorprender.
Re: LA HISTORIA DE AURORA CANESSA
Por mas que la nota tenga algun condimento extra, la realidad admirable esta mujer, me gusto leer este posteo, hay que hacer semejante viaje solo
ojala vuelva a la Argentina
ojala vuelva a la Argentina
- FinisTerra
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- Registrado: Vie Jul 20, 2018 9:41 pm
Re: LA HISTORIA DE AURORA CANESSA
seguramente pero esporadicamente, tiene su casita en los cerros de Piriapolis.ojala vuelva a la Argentina
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- Registrado: Lun Jul 23, 2018 12:45 pm
Re: LA HISTORIA DE AURORA CANESSA
La historia del huracán tal cual está narrada en el posteo la contó la misma Aurora. Durante ese viaje salía a través del un telefóno satelital en un programa de radio de FM que le hizo el seguimiento de su viaje, la llamaban cada 10 o 15 días y ella iba contando sus experiencias. Lo escuché en ese momento y luego lo volvió a contar cuando años más tarde la volvieron a convocar de ese programa para que cuente sus experiencias y proyectos, el programa es de radio Metro y seguramente en la web debe estar el contenido.
Independientemente de los condimentos o no, es loable el viaje realizado y más aún el espíritu de volver encarar un proyecto similar a los 74 años....
Independientemente de los condimentos o no, es loable el viaje realizado y más aún el espíritu de volver encarar un proyecto similar a los 74 años....
- Mariano Grumete
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- Registrado: Lun Jul 30, 2018 11:49 am
Re: LA HISTORIA DE AURORA CANESSA
http://www.shippingsrl.com/deporte/viaje/el-viaje-2.htm
Ahí está todo el viaje. Al que le interese que lo lea.
Ahí está todo el viaje. Al que le interese que lo lea.
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- Mensajes: 14
- Registrado: Mar Jul 24, 2018 6:26 pm
Re: LA HISTORIA DE AURORA CANESSA
tenia entendido que el malabar, un barco precioso de madera donde vivia tony lopez era de el, y el fue quien lo llevo a malvinas, luego del hacerlo con el patagon un triton 28, creo que estamos dando logros a quien los hizo... el que sabia, mas alla de si les gusta o no a la gente era tony, es mi humilde opinion.
- FinisTerra
- Mensajes: 1280
- Registrado: Vie Jul 20, 2018 9:41 pm
Re: LA HISTORIA DE AURORA CANESSA
creo que el malabar era de aurora, tony fue capitan (y pare). El patagon era de javier brizuela, Tony fue uno de los tripulantes, otro martin pachiani, santiago iza y ariel perez.
Re: LA HISTORIA DE AURORA CANESSA
El malabar era un dorado No se si era de aurora o del chanta de Tony en los papeles. Seguro que este la desplumo económicamente Lo que si me contaron es que el vivo este lo hundió premeditadamente y cobro el seguro. De aurora puros elogios Lo poco que la trate me di cuenta. En cambio con el ootro. Un pirata
Re: LA HISTORIA DE AURORA CANESSA
Hay entre nosotros muchos de esos piratas de agua salada, que viven de la manga, en amarras de cortesía , dando cursos y organizando viajes
por mares inóspitos y en barcos que no son propios.
por mares inóspitos y en barcos que no son propios.