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Por
José C. A. Di Salvo.
Lorenzo
y Ernesto eran amigos de la infancia, la cual transcurría maravillosamente
en la tranquilidad del Tigre.
Un
año para Navidad, cuando llegó el momento de la entrega de los regalos;
había entre ellos un barquito de madera, a Ernesto le gustaba y ya le
había echado el ojo, faltaba sólo convencer a su abuela para que se lo
diera a él.
Cuando
llegó el turno del mencionado objeto navegable, Ernesto se lo pide y
ésta responde: NO, mejor dáselo a Lorenzo, tu tienes oportunidad de tener
otro en cualquier otro momento. En esa casa se reunían gran cantidad de
chicos del barrio para éste ritual.
Pasan
los años y esperando la creciente para botar el barco recién terminado,
Lorenzo en el momento de soltar la cuña que lo mantenía en el continente
le dice a Ernesto: Te acuerdas de aquella Navidad en Villa Margarita (Tigre)
cuando tu querías el barquito y tu abuela me lo dio a mí, aquí te lo
devuelvo y soltando la cuña el barco se deslizó sobre la anguilera y entrando
en el agua comenzó a balancearse como saludando agradecido.
Lorenzo
era Parodi y Ernesto, Uriburu, el dueño del barco; el padre de la criatura,
como él diría, Manuel M. Campos. Pavada de personajes. Así nació el “GAUCHO”
uno de los doble proa mas famosos de la Argentina y del mundo.

De
allí en mas el barco se convirtió en el centro del mundillo náutico de
la época. Diseñado para viajes de cruceros extensos comenzó así un largo
devenir por los mares del mundo que en su época y hasta el presente no
fueron igualados.
Características
del barco original:
Eslora
total: 15 metros
Manga
max: 4,30 metros
Calado
: 2,15 metros
Desplazamiento:
28 toneladas
Diseño:
Manuel M. Campos
Astillero:
Parodi Hnos. Tigre Pcia. Bs.As.

Maderas
empleadas para su construcción:
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Quilla
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Lapacho y viraró.
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Cubierta
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Peteribí
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Cuadernas
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Algarrobo
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Velamen
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Lona tejida
de algodón chaqueño
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Motor auxiliar
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Diesel de 86
HP
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Resumen
de su historial:
El barco
realizó tres navegaciones de crucero importantes, la primera de 1946 a 1948
en la que realizó la PRIMERA RECONSTRUCCION HISTORICA del primer viaje de
Colón.
Los
hermanos Uriburu habían traducido al inglés para Howard Chapelle, el libro
“Los barcos de Colón” de Martínez Hidalgo, Por lo cual se inspiraron para
realizar ese evento.
El
Teniente de Navío Julio A.O. Vázquez los acompaño gran parte de éste primer
viaje como navegador y fue reemplazado al llegar a La habana por el Teniente
de Navío Ronald A. Kolliker Frers. La tripulación estaba formada además
de los hermanos Uriburu por Miguel A. Britos (Lobo). Los acompañaron hasta
Río de Janeiro Manuel M. Campos y Alfredo Souto.
En
este primer viaje visitó catorce países y enarboló la bandera de Castilla
y León a su llegada a Argentina, la cual fue donada al Museo Naval del
Tigre.
El
segundo viaje fue 1950/51 en donde corrieron la regata La Habana - San
Sebastián

En
el tercer viaje 1954/55 llevaron el retrato al óleo del Almirante Brown
a la Escuela Naval Militar de los Estados Unidos en Annapolis del pintor
Maresca, a solicitud del Instituto Browniano. En esa oportunidad al dejar
el cuadro el director de la escuela hizo una comparación de personalidades
con la de John Paul Jones que era irlandés y fue el padre de la Marina
de Guerra estadounidense. El teniente de Navío Pedro Margalot integró
la tripulación como
navegador y oceanógrafo, luego fue comandante del glorioso Fortuna y navegador
del Ondine en la regata a Río del 79.
También
corrieron por segunda vez la regata antes mencionada.
Los
mares navegados en sus tres viajes son: Atlántico Sur, Atlántico Norte,
Mar Caribe, Mar Mediterráneo, Mar Jónico, Mar Tirreno, Mar Rojo y Mar
Cantábrico.
Por
esto le fueron entregado infinidad de trofeos y es hasta el momento el
que posee los tres más importantes del Cruising Club de América: Blue
Water Medal 1947 del Cruising Club de América; Gallardete transoceánico
1951 del Cruising Club de América y John Parkinson Memorial Trophy de
1956, del mismo club.
Otro
dato curioso es que en una ceremonia realizada en el City Island Yacht
Club de New York se le regaló a la tripulación del Gaucho como símbolo
de amistad deportiva entre los dos países una bandera personal de Sir
Thomas Lipton él más perseverante challenger de la Copa América, la cual
fue izada al tope del palo mayor del Gaucho, justo para celebrar la iniciación
de las regatas por ésta copa.
La
bandera es de lana, color verde y blanco y se dice que Thomas la izó en
su Shamrock en las numerosas tentativas de reconquistar la copa para Inglaterra.
En
1975 el barco ya con otro dueño visitó nuestro país. En honor a ello Bobby
Uriburu realizó un modelo del Gaucho mucho más logrado para reemplazar
al que actualmente se encuentra en el Museo Naval del Tigre, también
de su autoría. El modelo llegó con vitrina en escala 1:20 y fue expuesto
en el Yacht Club Argentino con una leyenda que hacía mención a lo expresado.
Salió publicado el evento en Yachting Argentino, con una foto del mismo
y Bobby detrás, pero nunca llegó al Museo!!! La foto aún la conservo pues
a mi padre le envió otra dedicada.
Unas
sin fin de anécdotas y relatos de los viajes pueden ser releídas en el
libro “65000 millas a bordo del Gaucho” que se puede consultar en las
mejores bibliotecas del ambiente náutico.
Anécdotas:
El libro comienza
con el relato de cómo su dueño fue atraído por una brújula “que lo mira”
en un escaparate de un almacén náutico, a orillas del río Delaware, en Filadelfia.
Luego de tenerla sobre su mesa de luz durante un tiempo y estar seguro de
que la iba a usar, decide invitar a su hermano Bobby a llegarse a los EEUU,
ya que es un viejo lobo de mar y sabe todo lo que es necesario sobre barcos,
su navegación y sus cuidados. Es buen narrador de historias marineras ya
que ha escrito un libro sobre el Atlántico Sur. Una vez allá con él habla
de buques, islas lejanas, mujeres con polleras de pasto, etc. Hasta que
llega el punto y le dice “Bobby, quiero tener un barco que esté en proporción
con mi brújula, un barco con el cual podamos pasear nuestra bandera por
el mundo”. Bobby sacó un lápiz y dibujó un quetch, tendrá unos 14 o 15
metros de eslora le dijo sonriendo y Manuel Campos se encargará de diseñarlo.
La
historia continúa en un restaurante conocido de capital, los hermanos
en cuestión y “Manolo” Campos sentado a la mesa con ellos. No hay papel
y para esto en Argentina son buenas las servilletas, así se
realizó el primer esbozo de dibujo, el mozo al fin de la conversación,
pide le regalen la misma pues le gusta el dibujo del barquito, no entendiendo
ni remotamente de lo que se trataba la conversación.
En
1939 el famoso historiador americano Samuel Eliot Morison con el bergantín
"CAPITANA" y el queche "MARY OTIS" y bajo el auspicio
de la U. de Harvard recorrió la ruta del retorno del primer viaje de Colón
y la del tercer viaje.
Los
viajes anteriores realizados con reproducciones de carabelas imaginativas
fracasaron por diversas razones.
Al
Gaucho le correspondió el honor de haber efectuado la primera reconstrucción
del viaje del Descubrimiento.
En
la búsqueda de información documental Ernesto Uriburu fue a la Casa de
Colón en las Palmas, Canarias, cuando le solicitó al gentil bibliotecario
ciertos manuscritos para estudiarlos respondió "siento mucho no poder
complacerlo, como Ud. recordará, capitán, esos documentos figuraron en
la colección de la iglesia de Asunción, en San Sebastián de la Gomera,
pero sucedió que el local donde se guardaban estaba tan repleto, que un
día no fue posible cerrar la puerta y por la rendija se introdujo un chivo
que pastaba en la cercanía y se devoró casi todo el siglo XVI...!"
En
la isla de Trinidad visitaron los yacimientos. Un ingeniero les mostró
una “boa constrictor” de mas de tres metros de largo, que vive libremente
en su casa y lo protege de víboras venenosas, ratones, arañas e insectos
peligrosos para el hombre. “Respetando nuestros principios bíblicos el
dueño de casa encerró a la boa en una habitación durante nuestra visita.
Es muy cariñosa, me dijo, a veces la encuentro dormitando sobre mi cama
y yo me acuesto a su lado para no despertarla. No es peligrosa, solamente
no hay que irritarla, agregó. Nosotros nos mirábamos sorprendidos, mientras
Bobby discretamente pretendía atornillarse un índice en la sien derecha.
Todos de acuerdo, nos despedimos del ingeniero y salimos de su casa en
puntillas de pie para no molestar al reptil...”
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