APAREJOS FRACCIONADOS CON BURDAS

Es el tipo de aparejo más sofisticado y con las más altas prestaciones, exceptuando los mástiles ala giratorios de los catamaranes de alto rendimiento.

Como hemos comentado anteriormente, partiremos del centrado transversal. Con el palo en descanso, presentamos los verticales con igual tensión a ambos costados. Subimos el palo lentamente y comprobamos que no caiga a ningún costado, pues si no es así tendremos que bajar, rectificar y volver a subir.

Aparejo fraccionado de altas prestaciones. La burda alta sujeta el palo y controla la tensión del estay. La burda baja, con deflector, controla la flexión del palo, y el violín aguanta la perilla.

Según los datos del diseñador, llevaremos el palo hasta la tensión teóricamente calculada, respetando el porcentaje relativo a los primeros diagonales(D1). Ya que los gatos hidráulicos poseen manómetros de presión, será la presión entregada por los pistones el hilo conductor de la operación. Los manómetros acostumbran a medir en PSI, es decir, libras por pulgada cuadrada, aunque podremos traducirlo a Kg por CM2. Si los datos son 6.000 PSI de tensión total con 25% en los primeros diagonales, largaremos todos los diagonales y subiremos el palo hasta conseguir 4.500 PSI en verticales. Una vez conseguido esto (serán varias subidas y bajadas), tensaremos por igual los D1 hasta que al llevar el palo a su posición original de 4.500 PSI en verticales el manómetro marque 6.000 PSI. Una vez Regado a este punto, y si se mantiene el palo vertical, procederemos a marcar los tensores y fijarlos, pues de momento esto ya será inamovible. Con tanto PSI y subir y bajar pretendemos que quede clara la idea de que en principio se dota a los verticales de una tensión elevada fija y, al mismo, tiempo, a los primeros diagonales.

Antes de salir al mar, izaremos a un tripulante para que presente los restantes diagonales, sin grandes tensiones.

Una vez trimado a priori el palo en puerto, ya podemos salir al mar para dejar el palo en perfectas condiciones a base de ir regulando los distintos tensores y los violines. Estas operaciones son largas y tediosas, pero una vez bien trimado el palo se aseguran y marcan todos los tensores, y pocas veces se modificarán. Para sacar el palo, nada más fácil: una vez eliminada la tensión, largamos los tensores de cubierta y cuando volvamos a pincharlo obtendremos el mismo trimado con sólo llevar los tensores a sus marcas.

Este tipo de aparejos navegan siempre en ceñida con bastante preflexión, evitando una posible inversión. En ventolina, la tensión de burda alta será la justa para que no combe el estay, que genera menos tensión que los enormes genoas de a tope de palo. Al subir el viento, recuperamos el estay con la burda alta. Esto produce una mayor flexión del palo, por lo que éste se acorta. Para evitar una excesiva curvatura entra en función la burda baja, que domina el tercio central del palo. Pero el acortamiento del palo implica que la baluma del genoa se abra, por lo que deberemos retocar cazando un poco de escota. Al mismo tiempo, también se aplanará un poco la mayor y abrirá su baluma. Tendremos que recazar un poco la mayor y tirar un poco más de cuningham para adelantar la bolsa de la mayor que también se habrá retrasado. Cada variación en la tensión de burda alta necesita un nuevo trimado de mayor y genoa, por lo que la labor de los tripulantes es fundamental.

El baquestay sólo actúa sobre el tercio superior, y se usa para descargar la mayor en ventolinas, aumentando el twist y para descargar la mayor en vientos fuertes.