Fuente: Revista YATE 1996 Nº 353

No es necesario ser un genio para ver que el elemento fundamental a cuidar en un velero es el  palo. Decimos palo, y no mástil, pues lo de mástil es un barbarismo: en un barco el único mástil que existe es el que aguanta una bandera.

Texto y fotos: Albert Puerto

 

Dejando a parte las cuestiones de léxico, uno se sorprende ante los atrevidos armadores  que con veleros de diez años de antigüedad nunca han bajado el palo para revisarlo.

Y a veces ocurre lo inevitable. Falta un terminal, se rompe un tensor o un obenque y... ya está armada. Dado que todavía no existe una I.T.B. (Inspección Técnica de Buques), lo más sensato es verificar nuestro aparentemente flamante palo aunque sea cada cinco o seis años.