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Mi primer cruce
Soy relativamente nuevo en estos temas ya que hace tres años que realice el curso de timonel y hace uno que con mi mujer compramos el REVUELTO un H-20 que creo que dentro de poco vamos a cambiar ya que tenemos ganas de hacer navegaciones más largas en un barco más cómodo Este es el relato de nuestro primer viaje a Colonia el cual efectuamos hace aproximadamente un año cuando compramos el barco. Salimos de San Isidro el sábado 13 de marzo de 1999 temprano a la mañana. Desde el miércoles que venia preparando la cosa y en la oficina no pensaba en otra cosa que en el viaje, baje el derrotero, parte meteorológico, tablas de mareas, me compré el libro de Lisdero Molina, en fin tenia bastante información para que el cruce saliera bien. Era la primera ves que lo haría solo y no quería que saliera mal. El sábado temprano llegué a la amarra y allí me encontré con el primer problema de mi viaje, mi mujer se había olvidado los documentos en casa !!! Las alternativas eran tres a) la llevaba de polizón b) la tiraba al agua c) volvía a buscar los documentos al centro. Opte por la última ya que seria la que menos consecuencias legales me podía acarrear. Creo que hice el trayecto San Isidro / Bs. As. / San Isidro en tiempo record y con el mayor número de impropedios de toda mi vida. Para cuando llegué nuevamente a la amarra ya serian como las 10 de la mañana, el parte indicaba buen tiempo para el resto del fin de semana así que alistamos todo y fuimos con el barco ha hacer el despacho. Presentamos los papeles y aquí el segundo problema. El barco lo acabamos de comprar y no estaba terminada la transferencia, lo había iniciado pero para la dura ley el barco no era mío aun y por ende no podía despachar, de más esta decir mis nervios y mal humor. Por suerte estaba de guardia una persona que nos había tomado el tramite dos días antes y se acordaba del asunto, buscaron un poco mejor y apareció el legajo donde indicaba que el tramite estaba iniciado y el barco efectivamente era mío y como tal podía hacer lo que quisiera. Terminado ese tramite burocrático finalmente inicie mi primer viaje a Colonia, serian aproximadamente las 11,30 hs. de la mañana el viento era muy suave y no daba, así que a motor hasta el lugar donde debería estar el ex Pilote 8. Con mi fuera de borda apenas si daba 4/5 nudos así que llegué a la zona cerca de las 13,00 hs. No se porque razón pero ese día había un trafico bastante intenso en el Mitre y con mi motorcito no me animaba a hacerle finos a los paquetes de 200 mts que pasaban por allí así que estuve un buen rato esperando hasta que consideré que el cruce era seguro. Pasado el Mitre, encaré al pilote 7 más precisamente a un WP que era el paso y el principio de la ruta a Colonia. Hasta allí había llegado yo antes, a partir de ese punto todo seria nuevo. Encendí el GPS y con la velocidad que estaba desarrollando, unos 5 nudos, solo a vela gracias a dios, el aparto me decía que llegaría a la boya del Km 60,1 a las 18,00 Hs. Luego de dejar por el través el pilote 7 y la boya “B” apague el GPS ya que quería navegar por estima y solo utilizarlo para corroborar mi navegación. Con el derrotero bajado de la página comprobaba que las boyas de los barcos hundidos que iba pasando correspondían a mi ruta, eso me hacia sentir más seguro y me daba una alegría un tanto infantil de aquel que esta dando sus primeros pasos en algo nuevo. Cuando me encontraba en medio del río y acababa de pasar las boyas del Don Américo el viento bajo bastante y mi velocidad a vela también haciendo apenas 2,5 / 3 nudos. Ante eso calculé que estaría llegando a Colonia casi de noche y me acorde lo que me decía mi instructor, que tratara de llegar siempre de día a un puerto que entraba por primera ves, así que prendí el motor y volví a los 5 nudos para mantener el tiempo estimado de arribo. Seguro que si el gran Vito Dumas leyera esto se mataría de risa pero yo era nuevo en esto y no quería llegar de noche a Colonia. La navegación siguió tranquila y no podía de mi alegría cuando comencé a divisar en forma más nítida la costa uruguaya e identificar las cosas que describía el derrotero. Luego de pasar el Prin Sea encaré el Canal Uruguayo que pasé sin ninguna dificultad por que tenia bastante menos tráfico. Del Km. 60,1 busqué el Viena y la enfilación que decía el derrotero que tenia que hacer entre el faro de Colonia y la antena. Acá casi me muero del susto con los barcos rápidos y aliscafos que entran y salen de colonia. Cuando estaría a la altura del Viena vi por popa una mancha blanca que supuse un barco, pegado a San Gabriel navegaba hacia Buenos Aires uno de los ferris lentos que en un momento determinado me apuntó directo donde casi mando un SOS ya que creía que me pasaría por encima (luego me explicaron que por le calado ese tiene que seguir un canal que pasa cerca de San Gabriel). Para rematar el tema luego que el Sea Cat me pasara relativamente cerca salió, un aliscafo que también paso cerca. En ese momento me acordé de la recomendación de mi instructor de que él prefería la entrada Norte ya que allí los peligros estaban quietos mientras que por el sur, si bien menos comprometida, tenia el problema de los barcos que navegaban por allí. Luego de sortear estos obstáculos llegamos a la boya verde Nº 3 y de allí a la farola. El tema de la amarra es un capitulo aparte. Por la hora en que llegamos 20,30hs el puerto estaba bastante lleno así que me costo encontrar un lugar, dimos unas cuantas vueltas hasta que se acercó una lancha del puerto y nos ayudo a meternos en un lugar que quedaba en el muelle de cemento. Luego de amarrar y dejar el barco bien, me acordaba de los consejos de Vito Dumas, primero el barco y luego uno, me entró una especie de cansancio que lo único que me permitió fue tirarme en la cubierta a ver el cielo, después de un rato y ya repuesto, estaba contento como un chico ya que había logrado llegar a Colonia solo con mi mujer. Bajamos a tierra y nos encontramos con otros amigos que habían llegado antes y no fuimos a recorrer y luego comimos todos en tierra. A mañana siguiente nos levantamos temprano , durante la noche había soplado bastante y los barcos no paraban de moverse, así que no estaba muy bien dormido. Luego de un despabilador baño nos fuimos a la prefectura previo pago de la amarra y allí había varios patrones que esperaban al despacho, en la fila y con la carta a la vista comentaban que la cosa no pintaba bien, que este centro de alta acá junto con este de baja allá lo único que puede presagiar es un rosca en 4 horas y otro decía NO!!! Donde estudiaste meteorología esta vaguada va a hacer esto o aquello. La verdad que la cosa me preocupo un poco y casi pongo en venta el barco en donde está y como está. Mi amigo tenia algo más de experiencia y me dijo que la cosa no pintaba grave y que seguro cruzaríamos el charco sin novedades. Cuando regresé al barco no le dije nada a Flopi (mi mujer) ya que no tenia sentido preocuparla por algo que no sabia si ocurriría, pero a pesar de llevar poco tiempo casados me calo al vuelo mi cara y me pregunto si pasaba algo y le comente lo del parte. Como veíamos que los otros barcos salían nos animamos ya que al menos no estaríamos solos. En esta oportunidad salí por el norte de San Gabriel ya que quería evitar la ruta de los ferris y además probar ese camino. La cosa estuvo sin novedades hasta la mitad del río donde comenzó a nublarse feo pero la presión no bajaba. Por le VHF los barcos comentaban el tema y escuchamos el parte que no indicaba nada malo, una hora después el viento calmó casi por completo así que seguí a motor ya que quería pasar el mitre lo antes posible para que si me agarraba algo, fuera luego de darle al embudo del paso. Por suerte llegamos al Mitre sin novedades, lo cruzamos y encaramos el camino hacia San Isidro con un viento del SW que hacia caminar al REVUELTO a más de 5 nudos. Llegamos al club a eso de las 19,00 Hs y yo me sentía como que regresaba de haber dado la vuelta al mundo. Ese es el relato de mi primer cruce a Colonia, ahora reviviendo esas cosas a la distancia lo veo un poco ingenuo y típico de aquellas sensaciones que nos despierta la primera ves en cualquier cosa. Hoy ya tengo un poco más de experiencia y varios cruces hechos, por eso estamos buscando ampliar los horizontes de la mano de un 30 pies que estamos buscando. Les agradezco mucho la oportunidad de permitir que pueda contarles esto por Cibernautica y por la información valiosa que nos brindan a los navegantes, mucha de la cual utilice para ese primer viaje y sigo utilizando actualmente. PD las fotos se las debo ya que nos dimos cuenta que no teníamos casi ninguna buena. Jorge y Florencia Cano / velero REVUELTO |