Fuente: Revista YATE Marzo 1996 Nº 354

Por Isidro Martí
Ilustraciones: Lail García

1. MOTOR DE GASOLEO (Diesel)

Cebar el circuito

En un motor diesel, si por una u otra razón se interrumpe la llegada de gasóleo a los inyectores, por mucho que insistamos con el motor de arranque no conseguiremos que se ponga en marcha, con el riesgo añadido de quedarnos sin batería. Es entonces imprescindible cebar el circuito, operación que se explica en la mayoría de libros de instrucciones del motor. El sistema es muy sencillo: consiste en abrir un respiradero, normalmente con cabeza de tuerca, por el que salga el aire del circuito, y cerrarlo cuando fluya gasóleo de una forma continua. Suele haber una pequeña bomba manual que accionaremos para ayudar en la operación. Si ésta no funciona, le daremos varias veces al motor de arranque hasta que fluya el gasoil. Pero lo mejor que podemos hacer es realizar la operación en puerto, a bordo, para comprobar que tenemos la llave fija necesaria y que lo podemos hacer sin mayores problemas. No hay que olvidar que puede ser necesario hacer esta operación en condiciones de mal tiempo.

¿Por que se desceban los circuitos?

Además del clásico descuido de calcular mal el consumo u olvidamos de trasegar (pasar) el combustible de reserva al tanque principal, los circuitos se suelen descebar en condiciones de mal tiempo.

Una de las causas más comunes suele ser que la toma de combustible no está en la zona más profunda del tanque, y un bandazo deja sin gasóleo al motor a pesar de que el nivel no ha llegado a la reserva.

Otra clásica con mal tiempo es que, al agitarse el fondo de los tanques, se levantan suciedades que taponan la entrada del gasóleo en el filtro decantador. Esto suele ocurrir si el barco ha estado parado durante una larga temporada.

El primer caso se soluciona cebando e intentando mantener un rumbo más estable. Posteriormente se intentará llenar los tanques al máximo, además de colocar la toma en su lugar correcto.

El segundo caso requiere soluciones similares a las del anterior hasta que lleguemos a puerto y, posteriormente, se realizará una limpieza de tanques, filtros y un filtrado del combustible.

Gasóleo que no es gasóleo

Desgraciadamente ocurre muy a menudo que no nos llenan el tanque sólo con gasóleo, sino que éste viene acompañado de impurezas, partículas en suspensión e incluso agua. Muchas veces los depósitos de las gasolineras de los puertos son los que deberían estar más limpios. También ocurre que dichas gasolineras trabajan estacionalmente, y no de una manera continuada durante todo el año, por lo que intentan acabar la temporada apurando depósitos y rellenan al inicio del siguiente verano, sirviendo así gasóleo sucio en el primer caso y revuelto con impurezas en el segundo.

Es conveniente llevar un filtro secundario de gasóleo, y bastantes recambios a bordo. También intentaremos cargar siempre en gasolineras conocidas, y de ser posible en la de nuestro puerto base, antes de iniciar una larga navegación.