EL CONCEPTO ASIMÉTRICO

Un spinaker tradicional o simétrico tiene dos balumas de longitud idéntica y su forma o volumen es similar en un costado y otro. Por ello puede traslucharse y recibir el viento por una baluma -que se convierte entonces en grátil- o hacerlo por el sentido contrario, sin que cambie su rendimiento. Es reversible.

En el asimétrico, el grátil es más largo y la baluma más corta. En la zona del grátil el volumen se asemeja al de un reacher embolsado, mientras que en la baluma se ven secciones planas que ayudan a la salida del viento.

El asimétrico, a diferencia del simétrico, se apareja para recibir el viento siempre por el grátil, y eso le da ventaja: su corte no está obligado a ser reversible y por tanto es más efectivo, produce más potencia por metro cuadrado de tela.

En el asimétrico el grátil es más largo y la baluma más corta; y, a diferencia del simétrico, se apareja siempre para recibir el viento por el grátil.

Hablando en términos de aerodinámica, el viento mantiene mejor el flujo laminar sobre el asimétrico que trabajando sobre un simétrico. También provoca menos empuje lateral, pues su salida de viento es más abierta. Sus ventajas son claras en tanto que el viento aparente se sitúa en los 100 grados -un poco más atrás del través- o más cerrado.

En cuanto el viento viene más de popa las ventajas del asimétrico son más dudosas, pues el flujo laminar se rompe al aumentar el ángulo de incidencia del viento sobre la vela. A partir de 120 grados de entrada de viento aparente, la propulsión depende de la superficie proyectada, y en eso un spi simétrico tiene ventaja. Entre otras razones, porque su tangón le permite separarse de la "sombra" que hace la vela mayor. Por eso, los partidarios de los asimétricos luchan ahora por conseguir que se autorice el uso de botalones orientables que permitan trasladar el asimétrico a barlovento o, mala noticia para los proeles, que se pueda usar un asimétrico montado sobre un tangón tradicional.