Recordando a Don Groncheto
Publicado: Mié Jun 26, 2019 8:39 pm
En otro post han mencionado al indescriptible Groncheto y realmente es una ausencia que se nota.
Del blog de Alita Wexler "La recalada", tomé prestada esta fantástica nota que ella le hizo oportunamente
http://recaladanautica.blogspot.com/200 ... vegar.html
Espero que la disfruten.
APRENDIENDO A NAVEGAR
Recalando con Don Groncheto
Este inefable aunque entrañable personaje que pulula por las resbaladizas cubiertas de los foros náuticos y logra, a pesar de sus 89 años, mantenerse en pie aferrado a los obenques, nos brindará su sólida experiencia de una vida de navegar, de una herencia de navegar, de una pasión de navegar. Groncho por parte de padre y Cheto por parte de madre, formó varias generaciones de timoneles rioplatenses.
Foto de Groncheto en el curso de timonel, sacada por el fotografo oficial en 1932
La Recalada: Cuándo aprendió usted a navegar, don Groncheto?
Don Groncheto: Prácticamente navego desde que nací, pero considero que mi aprendizaje comienza a los 11 años cuando realicé mi primer crucero a Carmelo a bordo del TSC Bicha. Pero aún hoy sigo aprendiendo a navegar.
LR: Cómo aprendió a navegar?
DG: En esa época no había escuelas, sólo se contaba con la buena voluntad de los socios timoneles del club que incluían a novatos en las tripulaciones. Y el hecho de tener un padre navegante me facilitó mucho las cosas, él era un irlandés de familia de pescadores del puerto de Galway que manejaba el arte de una manera muy natural, casi siempre fue ponerle nombre en castellano a lo que aprendía de él. Y así fui aprendiendo entre mucha observación y mucha pregunta, por supuesto haciendo macanas cada media milla pero con el tiempo se fueron espaciando más. En esa época eran los clubes los que aprobaban al aspirante a timonel por recomendación del o los socios que se encargaban de enseñarle. Todavía guardo el carnet de timonel de yate a motor de mi padre, tan antiguo es que dice: “se lo considera idóneo en el manejo de motores de combustión interna”
LR: Cuál era la forma habitual de aprender a navegar en esa época?
DG: Lo habitual era por recomendación, casi siempre le pedían a algún socio con barco que lo incluyera en la tripulación para aprender, por su puesto que siempre elegían a algún timonel con paciencia y con discutible facilidad para transmitir conocimientos. La enseñanza no se limitaba a timonear y cazar el trapo, la cosa era bastante más seria y uno comenzaba de “grumete” realizando las tareas que enseñaban a conocer el barco “de quilla a perilla”, como achicar la sentina, estibar la comida y los bártulos de abordo, adujar cabos, falcacear los chicotes, doblar velas y cuando el barco estaba en tierra había que lijar, rasquetear y también se aprendía a calafatear las costuras o meter un tornillo. Era necesario mostrar buena voluntad y juntar experiencia para que cada tanto el patrón permita timonear un ratito y casi siempre controlando el tiempo con el reloj, uno aprendía primero a ser tripulante y a dominar cada uno de los elementos de abordo, ser timonel era ser el que controlaba todo en el barco, el que gobernaba el barco, eran como dioses y uno estaba orgulloso de navegar con dioses, me entiende? A medida que pasaba el tiempo y uno aprendía más, entonces se comenzaba a trabajar con nuevas maniobras y uno sabia que cuanto más le enseñaban más cerca de ser timonel estaba.
LR: Cómo fue variando esta modalidad con el paso de los años?
DG: Cuando el yachting comenzó a masificarse a finales de la década del 40, los clubes comenzaron a organizar escuelas cuyos instructores eran timoneles de mucha experiencia y con conocimientos en la enseñanza que dedicaban un día del fin de semana para enseñar gratuitamente y en beneficio del club. Es en esta época que se comienzan a crear programas y se utilizan técnicas pedagógicas para una mejor enseñanza y lograr achicar el tiempo de curso manteniendo la calidad de la enseñanza. El problema mayor comienza en la década del 70 cuando el prfv permitió barcos baratos y fáciles de maniobrar. Entonces ingresa gran cantidad de gente y con ellos florecen los cursos particulares que promocionaban una enseñanza “efectiva” en muy pocas clases de duración y marcan así el comienzo de la decadencia de los cursos largos.
LR: Cómo se aprende a navegar actualmente?
DG: Hoy la cosa es brava, los cursos duran apenas 4 meses y todos sabemos que en ese tiempo todavía el coco no alcanzó a asimilar lo que es orzar y derivar y ni hablar de armar una estrategia para salir o entrar a puerto a vela, además tampoco ayuda a hacer relaciones sociales con los socios del club y si a eso le sumamos que el grueso de los instructores no tienen una formación adecuada tanto como profesor ni como navegante entonces tenemos un problema que no resultará fácil solucionar. El negocio se apoderó de las escuelas y sólo sirven para que entre más dinero al club porque al terminar el curso los pobres alumnos si no se compran un velero no navegan más ya que los cursos no incluyen en el programa las actividades sociales tan necesarias para que se establezcan relaciones entre los alumnos y los socios, formar tripulaciones y una idea de pertenencia que les permita seguir aprendiendo técnicas nuevas, prenderse en regatas, cruceros o simplemente salir a dar la vuelta al perro con la familia pero con total seguridad y dominio del barco.
LR: Por qué se fueron produciendo esos cambios a través del tiempo?
DG: Los barcos son bastante más baratos que en otras épocas, hoy el que quiere navegar no necesita más dinero de lo que sale un coche 0 Km. Y su mantenimiento mensual no supera el costo de un teléfono de familia tipo y la gente quiere ser timonel, no les interesa ser tripulantes, hacen un curso corto y se compran el barco, gracias a eso vemos en hermosos días para navegar más barcos en las amarras que navegando y cuando el viento supera los 15 nudos piensan que se trata de un temporal, hoy hay más barcos que tripulantes porque las escuelas no producen tripulantes.
LR: Qué es lo primero que enseña usted a un alumno de náutica?
DG: A que es el barco y no el hombre la medida de todas las cosas, todo se hace en función de él.
LR: Existe una categoría de alumnos que “no van a aprender nunca”?
DG: Quien dice eso no sabe lo que es la náutica. Uno de los mejores y más confiables tripulantes que he tenido fue “el flaco” Beto. Nunca rindió ningún examen, nunca le interesó saber cómo se traza un rumbo ni cuál era la correcta posición del patín de genoa. Tampoco sabia de derechos de paso ni podía hacer un as de guía en menos de una hora. Pero era un compañero fuera de serie que cocinaba como un chef francés, siempre acercaba un café caliente en “la guardia del perro” y sabía mantener el rumbo. El sabía cuál era su función dentro del barco, era un engranaje vital para el éxito de un crucero o una regata de largo aliento y para nosotros fue uno de los mejores navegantes que pisó la cubierta de nuestro barco. No se puede aprender todo, pero lo aprendido sirve para ocupar con eficiencia una posición en el barco. Ser eficiente en una función es más importante que ser timonel.
LR: Qué tiene que saber un alumno cuando termina el curso de timonel?
DG: Creo que luego de un curso efectivo de timonel, el alumno deberá poder salir a navegar con seguridad por la zona en un día de condiciones tranquilas y con la herramientas correctas para poder seguir aprendiendo.
LR: Cuándo se da usted por satisfecho como instructor con respecto a la formación de un timonel?
DG: Cuando tiempo después me cruzo con el alumno por el río y me revolea una lata de cerveza helada y no una manija de molinete!! (si le responden otra cosa es absolutamente falso)
LR: Dejando de lado los contenidos de los programas, en los hechos, qué distingue a un patrón de un timonel?
DG: El timonel es el que domina el barco, el timonel es el que hace que un barco llegue a puerto en una pieza, un timonel sabe navegar. En cambio patrón puede ser cualquiera, un cardiólogo, un cartonero o guitarrero, no se enseña sobre el barco, se enseña en un aula de la misma forma que se enseña a curar el empacho. Un patrón no es más que un timonel, sólo le permite navegar más lejos. Un mal timonel que aprueba el curso de Patrón seguirá navegando mal pero tendrá la oportunidad de hundirse más lejos.
LR: Cuáles son los errores más comunes de los timoneles inexpertos?
DG: No buscar la forma de seguir aprendiendo, experimentando con la práctica regular de maniobras o relacionándose con gente que crucerea o corre regatas. La mayoría piensa que una vez obtenido el carnet ya lo saben todo y la realidad es que el carnet es el permiso que le damos para comenzar a ser timonel.
LR: Cuáles son los temores más habituales de los alumnos?
DG: Las nubes apenas oscuras en el horizonte y entrar rebotando entre los barcos al entrar a la amarra. Hay muchos temores más pero en realidad el temor del alumno está relacionado con la mala enseñanza del instructor de turno.
LR: Cuándo considera usted que un timonel gobierna su barco?
DG: Cuando puede mantener total seguridad abordo sin necesidad de estar cerca del timón.
LR: En qué clase de barco conviene aprender a navegar?
DG: Soy fanático fundamentalista de la clase Río de la Plata pero creo que el H19 es el más adecuado porque reúne las cualidades de los barcos de orza y de los barcos grandes. Con un instructor y cuatro alumnos es absolutamente seguro, permite trabajar en cambios de vela en la cubierta de proa, adrizar con linga como un Snipe, siendo de quillote puede tumbarse y ser adrizado con facilidad, puede correr regatas de handicap con éxito, y les aseguro que con spinnaker y buena ola se los vio planear. Indudablemente el H19 será muy difícil de reemplazar.
LR: Qué falencias encuentra usted en los cursos de timonel que se dictan actualmente?
DG: Muchas, la principal es la elección de los instructores. Desde que navego he conocido sólo a dos con título de profesor, el resto es similar a los abogados que se hacen llamar “doctor”.
LR: Ah, gracias por la parte que me toca! Usted no pierde la oportunidad de pelearme, eh! Y qué errores puede señalar?
DG: Muchos, pero creo el más importante y básico de todos: se cometen muchos errores en los conceptos, la parte conceptual es terrorífica. Así como en la escuela primaria enseñan a que fue Colón quien dijo que la tierra es redonda, todavía en las escuelas de yachting se enseña que las velas se izan y arrian proa al viento. Muchos son los errores que desde hace muchos años prosperan en los cursos sin que se vean disminuir. Parecen crecer día a día.
LR: Entonces, don Groncheto, cómo deben izarse y arriarse las velas?
DG: Flameando. Si tomamos en cuenta que en realidad la vela se debe izar o arriar flameando, entonces no es necesario que la proa del barco apunte exactamente hacia el viento ya que hay un ángulo bastante grande y cómodo entre las dos ceñidas máximas donde la vela no trabaja. O sea, en cualquier ángulo contra el viento donde la vela no porta aún cazándola al mango. Esto también significa que la vela de proa podrá ser izada o arriada en cualquier ángulo de viento siempre y cuando suba o baje flameando. Aclarando: las velas se deben izar o arriar flameando sin importar el ángulo de viento que tengamos. Ejemplo de ello: Maniobra de toma de rizos. El barco se mantiene en rumbo de ceñida o descuartelar con la vela de proa cazada correctamente, se fila la mayor, se arria lo necesario, se caza el amante y se vuelve a cazar la vela, en ningún momento el barco orzó más de lo que marcaba el rumbo y la vela fue arriada (parcialmente) pero fue arriada. Fijate que un término mal conceptuado influye directamente en una maniobra de seguridad como la toma de rizos, donde en muchos casos se pone en juego la vida de la tripulación.
LR: Qué mitos imperan en la náutica que usted querría desterrar?
DG: Querría que la gente sepa que detrás del horizonte no hay un abismo, que los regatistas no son una logia masónica, que trabuchar no es peligroso y que no hay olas de 2 metros en el río de la plata.
LR: Qué vicios detecta usted en los nautas de reciente formación?
DG: Veo con tremenda preocupación que buscan los recursos fáciles que les da la electrónica sin darse cuenta que no es eso lo que les permite navegar con seguridad, no hay electrónica que pueda hacer arte. Parece que hay una carrera buscando tener en el bolsillo los tres carnet en el menor tiempo posible y una vez obtenidos, son capaces de discutir abiertamente como si tuviesen décadas navegando sin parar.
LR: Qué ventajas y qué inconvenientes encuentra usted en la divulgación de información, opiniones, experiencias por Internet, especialmente a través de foros y páginas náuticas?
DG: Las ventajas son muchísimas, uno tiene acceso fácil e instantáneo de todo lo que ocurre en el mundo de los barcos, desde elementos de seguridad hasta meteorología, hoy navegar es muy fácil y cómodo, con toda la información que tenemos no tendría que haber accidente alguno pero (siempre hay un pero) también hay que saber mucho para saber cuál información es la adecuada, cuál es la correcta y cuál es la falsa y no terminar tumbados en alguna playa. Los foros son una herramienta interesante, me entretengo con los foros, pero el problema que estos tienen en nuestro país es que los comentarios y opiniones son sólo opiniones y siempre hay algún novato que toma como cierta una opinión que puede ser completamente equivocada. El otro problema de los foros es que escriben personas comunes, no versados en letras y muchas veces uno participa de una discusión tratando de convencer al otro diciéndole lo mismo que el dice.
Finalmente, Don Groncheto responderá el CUN
(Cuestionario Universal Náutico de La Recalada)
LR: Cómo fue su "primera vez"?
DG: No lo olvidaría jamás!!! En el prostíbulo de la calle de los suspiros en Colonia a los 14 años, se llamaba Margarita, no creo haber conocido mujer mas hermosa.
LR: Don Groncheto ... siempre el mismo, me refería a la primera vez en la náutica! Pero dejémoslo así. Va la siguiente: Se marea usted cuando navega?
DG: Sólo una vez padecí el horror de estar mareado, luego de eso juré no marearme jamás.
LR: Siente miedo cuando navega?
DG: Generalmente no siento miedo. Sí lo he sentido algunas veces en situaciones de riesgo pero en el 99 por ciento de las veces siento mucho placer. (al fin y al cabo el valiente es un tipo al que el miedo le produce placer)
LR: Es capaz de relajarse cuando el barco está a cargo de otra persona?
DG: Sólo conozco a dos personas que me permiten un perfecto descanso. Con el resto duermo con un ojo abierto.
LR: Cómo elige la compañía para navegar?
DG: Desde hace muchos años sólo navego con amigos, nos conocemos tanto que navegamos plácidamente mientras hablamos de cosas ajenas a la náutica.
LR: Qué consejo le quiere dar a los nautas que lo están leyendo?
DG: Que recuerden que sólo cometen errores los principiantes y los que creen que saben, unos por ignorancia, otros por confianza. Lo más sano es seguir aprendiendo.
LR: Qué deseo tiene para los nautas que hoy navegan nuestro Río?
DG: Que calando 1,80m no necesiten mirar la tabla de mareas.
Del blog de Alita Wexler "La recalada", tomé prestada esta fantástica nota que ella le hizo oportunamente
http://recaladanautica.blogspot.com/200 ... vegar.html
Espero que la disfruten.
APRENDIENDO A NAVEGAR
Recalando con Don Groncheto
Este inefable aunque entrañable personaje que pulula por las resbaladizas cubiertas de los foros náuticos y logra, a pesar de sus 89 años, mantenerse en pie aferrado a los obenques, nos brindará su sólida experiencia de una vida de navegar, de una herencia de navegar, de una pasión de navegar. Groncho por parte de padre y Cheto por parte de madre, formó varias generaciones de timoneles rioplatenses.
Foto de Groncheto en el curso de timonel, sacada por el fotografo oficial en 1932
La Recalada: Cuándo aprendió usted a navegar, don Groncheto?
Don Groncheto: Prácticamente navego desde que nací, pero considero que mi aprendizaje comienza a los 11 años cuando realicé mi primer crucero a Carmelo a bordo del TSC Bicha. Pero aún hoy sigo aprendiendo a navegar.
LR: Cómo aprendió a navegar?
DG: En esa época no había escuelas, sólo se contaba con la buena voluntad de los socios timoneles del club que incluían a novatos en las tripulaciones. Y el hecho de tener un padre navegante me facilitó mucho las cosas, él era un irlandés de familia de pescadores del puerto de Galway que manejaba el arte de una manera muy natural, casi siempre fue ponerle nombre en castellano a lo que aprendía de él. Y así fui aprendiendo entre mucha observación y mucha pregunta, por supuesto haciendo macanas cada media milla pero con el tiempo se fueron espaciando más. En esa época eran los clubes los que aprobaban al aspirante a timonel por recomendación del o los socios que se encargaban de enseñarle. Todavía guardo el carnet de timonel de yate a motor de mi padre, tan antiguo es que dice: “se lo considera idóneo en el manejo de motores de combustión interna”
LR: Cuál era la forma habitual de aprender a navegar en esa época?
DG: Lo habitual era por recomendación, casi siempre le pedían a algún socio con barco que lo incluyera en la tripulación para aprender, por su puesto que siempre elegían a algún timonel con paciencia y con discutible facilidad para transmitir conocimientos. La enseñanza no se limitaba a timonear y cazar el trapo, la cosa era bastante más seria y uno comenzaba de “grumete” realizando las tareas que enseñaban a conocer el barco “de quilla a perilla”, como achicar la sentina, estibar la comida y los bártulos de abordo, adujar cabos, falcacear los chicotes, doblar velas y cuando el barco estaba en tierra había que lijar, rasquetear y también se aprendía a calafatear las costuras o meter un tornillo. Era necesario mostrar buena voluntad y juntar experiencia para que cada tanto el patrón permita timonear un ratito y casi siempre controlando el tiempo con el reloj, uno aprendía primero a ser tripulante y a dominar cada uno de los elementos de abordo, ser timonel era ser el que controlaba todo en el barco, el que gobernaba el barco, eran como dioses y uno estaba orgulloso de navegar con dioses, me entiende? A medida que pasaba el tiempo y uno aprendía más, entonces se comenzaba a trabajar con nuevas maniobras y uno sabia que cuanto más le enseñaban más cerca de ser timonel estaba.
LR: Cómo fue variando esta modalidad con el paso de los años?
DG: Cuando el yachting comenzó a masificarse a finales de la década del 40, los clubes comenzaron a organizar escuelas cuyos instructores eran timoneles de mucha experiencia y con conocimientos en la enseñanza que dedicaban un día del fin de semana para enseñar gratuitamente y en beneficio del club. Es en esta época que se comienzan a crear programas y se utilizan técnicas pedagógicas para una mejor enseñanza y lograr achicar el tiempo de curso manteniendo la calidad de la enseñanza. El problema mayor comienza en la década del 70 cuando el prfv permitió barcos baratos y fáciles de maniobrar. Entonces ingresa gran cantidad de gente y con ellos florecen los cursos particulares que promocionaban una enseñanza “efectiva” en muy pocas clases de duración y marcan así el comienzo de la decadencia de los cursos largos.
LR: Cómo se aprende a navegar actualmente?
DG: Hoy la cosa es brava, los cursos duran apenas 4 meses y todos sabemos que en ese tiempo todavía el coco no alcanzó a asimilar lo que es orzar y derivar y ni hablar de armar una estrategia para salir o entrar a puerto a vela, además tampoco ayuda a hacer relaciones sociales con los socios del club y si a eso le sumamos que el grueso de los instructores no tienen una formación adecuada tanto como profesor ni como navegante entonces tenemos un problema que no resultará fácil solucionar. El negocio se apoderó de las escuelas y sólo sirven para que entre más dinero al club porque al terminar el curso los pobres alumnos si no se compran un velero no navegan más ya que los cursos no incluyen en el programa las actividades sociales tan necesarias para que se establezcan relaciones entre los alumnos y los socios, formar tripulaciones y una idea de pertenencia que les permita seguir aprendiendo técnicas nuevas, prenderse en regatas, cruceros o simplemente salir a dar la vuelta al perro con la familia pero con total seguridad y dominio del barco.
LR: Por qué se fueron produciendo esos cambios a través del tiempo?
DG: Los barcos son bastante más baratos que en otras épocas, hoy el que quiere navegar no necesita más dinero de lo que sale un coche 0 Km. Y su mantenimiento mensual no supera el costo de un teléfono de familia tipo y la gente quiere ser timonel, no les interesa ser tripulantes, hacen un curso corto y se compran el barco, gracias a eso vemos en hermosos días para navegar más barcos en las amarras que navegando y cuando el viento supera los 15 nudos piensan que se trata de un temporal, hoy hay más barcos que tripulantes porque las escuelas no producen tripulantes.
LR: Qué es lo primero que enseña usted a un alumno de náutica?
DG: A que es el barco y no el hombre la medida de todas las cosas, todo se hace en función de él.
LR: Existe una categoría de alumnos que “no van a aprender nunca”?
DG: Quien dice eso no sabe lo que es la náutica. Uno de los mejores y más confiables tripulantes que he tenido fue “el flaco” Beto. Nunca rindió ningún examen, nunca le interesó saber cómo se traza un rumbo ni cuál era la correcta posición del patín de genoa. Tampoco sabia de derechos de paso ni podía hacer un as de guía en menos de una hora. Pero era un compañero fuera de serie que cocinaba como un chef francés, siempre acercaba un café caliente en “la guardia del perro” y sabía mantener el rumbo. El sabía cuál era su función dentro del barco, era un engranaje vital para el éxito de un crucero o una regata de largo aliento y para nosotros fue uno de los mejores navegantes que pisó la cubierta de nuestro barco. No se puede aprender todo, pero lo aprendido sirve para ocupar con eficiencia una posición en el barco. Ser eficiente en una función es más importante que ser timonel.
LR: Qué tiene que saber un alumno cuando termina el curso de timonel?
DG: Creo que luego de un curso efectivo de timonel, el alumno deberá poder salir a navegar con seguridad por la zona en un día de condiciones tranquilas y con la herramientas correctas para poder seguir aprendiendo.
LR: Cuándo se da usted por satisfecho como instructor con respecto a la formación de un timonel?
DG: Cuando tiempo después me cruzo con el alumno por el río y me revolea una lata de cerveza helada y no una manija de molinete!! (si le responden otra cosa es absolutamente falso)
LR: Dejando de lado los contenidos de los programas, en los hechos, qué distingue a un patrón de un timonel?
DG: El timonel es el que domina el barco, el timonel es el que hace que un barco llegue a puerto en una pieza, un timonel sabe navegar. En cambio patrón puede ser cualquiera, un cardiólogo, un cartonero o guitarrero, no se enseña sobre el barco, se enseña en un aula de la misma forma que se enseña a curar el empacho. Un patrón no es más que un timonel, sólo le permite navegar más lejos. Un mal timonel que aprueba el curso de Patrón seguirá navegando mal pero tendrá la oportunidad de hundirse más lejos.
LR: Cuáles son los errores más comunes de los timoneles inexpertos?
DG: No buscar la forma de seguir aprendiendo, experimentando con la práctica regular de maniobras o relacionándose con gente que crucerea o corre regatas. La mayoría piensa que una vez obtenido el carnet ya lo saben todo y la realidad es que el carnet es el permiso que le damos para comenzar a ser timonel.
LR: Cuáles son los temores más habituales de los alumnos?
DG: Las nubes apenas oscuras en el horizonte y entrar rebotando entre los barcos al entrar a la amarra. Hay muchos temores más pero en realidad el temor del alumno está relacionado con la mala enseñanza del instructor de turno.
LR: Cuándo considera usted que un timonel gobierna su barco?
DG: Cuando puede mantener total seguridad abordo sin necesidad de estar cerca del timón.
LR: En qué clase de barco conviene aprender a navegar?
DG: Soy fanático fundamentalista de la clase Río de la Plata pero creo que el H19 es el más adecuado porque reúne las cualidades de los barcos de orza y de los barcos grandes. Con un instructor y cuatro alumnos es absolutamente seguro, permite trabajar en cambios de vela en la cubierta de proa, adrizar con linga como un Snipe, siendo de quillote puede tumbarse y ser adrizado con facilidad, puede correr regatas de handicap con éxito, y les aseguro que con spinnaker y buena ola se los vio planear. Indudablemente el H19 será muy difícil de reemplazar.
LR: Qué falencias encuentra usted en los cursos de timonel que se dictan actualmente?
DG: Muchas, la principal es la elección de los instructores. Desde que navego he conocido sólo a dos con título de profesor, el resto es similar a los abogados que se hacen llamar “doctor”.
LR: Ah, gracias por la parte que me toca! Usted no pierde la oportunidad de pelearme, eh! Y qué errores puede señalar?
DG: Muchos, pero creo el más importante y básico de todos: se cometen muchos errores en los conceptos, la parte conceptual es terrorífica. Así como en la escuela primaria enseñan a que fue Colón quien dijo que la tierra es redonda, todavía en las escuelas de yachting se enseña que las velas se izan y arrian proa al viento. Muchos son los errores que desde hace muchos años prosperan en los cursos sin que se vean disminuir. Parecen crecer día a día.
LR: Entonces, don Groncheto, cómo deben izarse y arriarse las velas?
DG: Flameando. Si tomamos en cuenta que en realidad la vela se debe izar o arriar flameando, entonces no es necesario que la proa del barco apunte exactamente hacia el viento ya que hay un ángulo bastante grande y cómodo entre las dos ceñidas máximas donde la vela no trabaja. O sea, en cualquier ángulo contra el viento donde la vela no porta aún cazándola al mango. Esto también significa que la vela de proa podrá ser izada o arriada en cualquier ángulo de viento siempre y cuando suba o baje flameando. Aclarando: las velas se deben izar o arriar flameando sin importar el ángulo de viento que tengamos. Ejemplo de ello: Maniobra de toma de rizos. El barco se mantiene en rumbo de ceñida o descuartelar con la vela de proa cazada correctamente, se fila la mayor, se arria lo necesario, se caza el amante y se vuelve a cazar la vela, en ningún momento el barco orzó más de lo que marcaba el rumbo y la vela fue arriada (parcialmente) pero fue arriada. Fijate que un término mal conceptuado influye directamente en una maniobra de seguridad como la toma de rizos, donde en muchos casos se pone en juego la vida de la tripulación.
LR: Qué mitos imperan en la náutica que usted querría desterrar?
DG: Querría que la gente sepa que detrás del horizonte no hay un abismo, que los regatistas no son una logia masónica, que trabuchar no es peligroso y que no hay olas de 2 metros en el río de la plata.
LR: Qué vicios detecta usted en los nautas de reciente formación?
DG: Veo con tremenda preocupación que buscan los recursos fáciles que les da la electrónica sin darse cuenta que no es eso lo que les permite navegar con seguridad, no hay electrónica que pueda hacer arte. Parece que hay una carrera buscando tener en el bolsillo los tres carnet en el menor tiempo posible y una vez obtenidos, son capaces de discutir abiertamente como si tuviesen décadas navegando sin parar.
LR: Qué ventajas y qué inconvenientes encuentra usted en la divulgación de información, opiniones, experiencias por Internet, especialmente a través de foros y páginas náuticas?
DG: Las ventajas son muchísimas, uno tiene acceso fácil e instantáneo de todo lo que ocurre en el mundo de los barcos, desde elementos de seguridad hasta meteorología, hoy navegar es muy fácil y cómodo, con toda la información que tenemos no tendría que haber accidente alguno pero (siempre hay un pero) también hay que saber mucho para saber cuál información es la adecuada, cuál es la correcta y cuál es la falsa y no terminar tumbados en alguna playa. Los foros son una herramienta interesante, me entretengo con los foros, pero el problema que estos tienen en nuestro país es que los comentarios y opiniones son sólo opiniones y siempre hay algún novato que toma como cierta una opinión que puede ser completamente equivocada. El otro problema de los foros es que escriben personas comunes, no versados en letras y muchas veces uno participa de una discusión tratando de convencer al otro diciéndole lo mismo que el dice.
Finalmente, Don Groncheto responderá el CUN
(Cuestionario Universal Náutico de La Recalada)
LR: Cómo fue su "primera vez"?
DG: No lo olvidaría jamás!!! En el prostíbulo de la calle de los suspiros en Colonia a los 14 años, se llamaba Margarita, no creo haber conocido mujer mas hermosa.
LR: Don Groncheto ... siempre el mismo, me refería a la primera vez en la náutica! Pero dejémoslo así. Va la siguiente: Se marea usted cuando navega?
DG: Sólo una vez padecí el horror de estar mareado, luego de eso juré no marearme jamás.
LR: Siente miedo cuando navega?
DG: Generalmente no siento miedo. Sí lo he sentido algunas veces en situaciones de riesgo pero en el 99 por ciento de las veces siento mucho placer. (al fin y al cabo el valiente es un tipo al que el miedo le produce placer)
LR: Es capaz de relajarse cuando el barco está a cargo de otra persona?
DG: Sólo conozco a dos personas que me permiten un perfecto descanso. Con el resto duermo con un ojo abierto.
LR: Cómo elige la compañía para navegar?
DG: Desde hace muchos años sólo navego con amigos, nos conocemos tanto que navegamos plácidamente mientras hablamos de cosas ajenas a la náutica.
LR: Qué consejo le quiere dar a los nautas que lo están leyendo?
DG: Que recuerden que sólo cometen errores los principiantes y los que creen que saben, unos por ignorancia, otros por confianza. Lo más sano es seguir aprendiendo.
LR: Qué deseo tiene para los nautas que hoy navegan nuestro Río?
DG: Que calando 1,80m no necesiten mirar la tabla de mareas.