Buena pluma
Publicado: Sab May 18, 2019 6:32 am
En un número viejo de la Revista La Nación encontré una nota de Pérez Reverte, "Luces en la noche", con un párrafo que expresa magníficamente por qué enamora la navegación a vela. Aquí va:
En el mar, sobre todo cuando se hacen navegaciones largas, hay momentos buenos, momentos malos, y otros relacionados con los malos y con los buenos en los que el goce de estar allí es insuperable. Encarar un temporal cuando no hay más remedio, gobernar de forma adecuada y, una vez rizado lo que haya que rizar, comprobar que tu barco toma la mar como Dios manda, saber que todo irá bien a menos que se rompa algo, es una de las sensaciones más hermosas que conozco. Confirma tu competencia náutica y la de tu tripulación, y lo hace sin testigos ni alardes, en la más perfecta y adecuada soledad. Situando tu legítimo orgullo de marino, como diría Joseph Conrad, a doscientas millas de la tierra más cercana.
En el mar, sobre todo cuando se hacen navegaciones largas, hay momentos buenos, momentos malos, y otros relacionados con los malos y con los buenos en los que el goce de estar allí es insuperable. Encarar un temporal cuando no hay más remedio, gobernar de forma adecuada y, una vez rizado lo que haya que rizar, comprobar que tu barco toma la mar como Dios manda, saber que todo irá bien a menos que se rompa algo, es una de las sensaciones más hermosas que conozco. Confirma tu competencia náutica y la de tu tripulación, y lo hace sin testigos ni alardes, en la más perfecta y adecuada soledad. Situando tu legítimo orgullo de marino, como diría Joseph Conrad, a doscientas millas de la tierra más cercana.